Recostado con el pecho hacia el cielo tomó el fruto etílico del norte. El primero es amargo, no así los siguientes. Por cada trago el techo pereciera acercarse. Cerró los ojos y siguió bebiendo, sin embargo los clavos del techo están al alcance de su mano.
Una música suave y afeminada suena en la radio. Aquella música le sonaba conocida. Un rapero yankee que quiere follar, amores dolorosos y destructivos, amores imposibles, desengaños, sueños inconclusos y uno que otro informe publicitario.
Siguió bebiendo apresuradamente tratando de despejar su mente de aquellas letras, pero no pudo. ¡No pudo con su agonía! ¡No pudo con la realidad injusta y apremiante! Por ello apagó la radio y siguió tarareando el ritmo de su corazón.
Una música suave y afeminada suena en la radio. Aquella música le sonaba conocida. Un rapero yankee que quiere follar, amores dolorosos y destructivos, amores imposibles, desengaños, sueños inconclusos y uno que otro informe publicitario.
Siguió bebiendo apresuradamente tratando de despejar su mente de aquellas letras, pero no pudo. ¡No pudo con su agonía! ¡No pudo con la realidad injusta y apremiante! Por ello apagó la radio y siguió tarareando el ritmo de su corazón.
1 comentario:
Estoy segura del nombre del rapero que cantaba en la radio.
Te amo cielo
Publicar un comentario