viernes, 10 de julio de 2009

Una historia comun.

En una esquina solitaria se encontraron. La relación entre ellos era un secreto a voces, sin embargo, nadie la expresaba libremente, tan sólo era un comentario subterráneo.

Cuando lo vio acercarse su corazón se aceleró brutalmente, al extremo de pensar que en cualquier momento se le saldría por la boca. Pasó por la esquina como siempre. Aguardó unos instantes y caminó tras de él. Por cada paso su excitación se acrecentaba, en cada uno de los metros restantes sus conceptos puritanos ardían drásticamente y su fuego se desbordaba en aquella.

Se sentía bien caminando tras de él, ya no importaba su familia, el oprobio de sus hijos o de su pareja. Tan sólo, el infame placer lo movía directamente hacia el pecado básico. A veinte pasos estaba el responsable de sus dilemas y a siete cuadras estaba su templo de satisfacción carnal. Cada martes se reunían en el mismo lugar. Simulaba indiferencia en su rutina diaria, nada se salía de los estándares establecidos por la sociedad, mas no, el martes era el día preciso para hacer un alto en la fatídica rutina y dejarse arrastrar por la sinceridad de sus sentimientos. Un motel. Un lugar para ser como siempre quiso ser. Un usado colchón. Qué más puede pedir.

Un orgasmo reprimido y el respirar agitado de la impaciencia se trasformaban en el completo desequilibrio de su conciencia. Ya estoy más cerca, pensaba. Quizás trataba de distraer la mente en algo que no sea el roce de los pantalones en su entrepierna.

El entró normalmente a la habitación. El crepitar de su corazón era escuchado a kilómetros. La puerta quedo semi abierta. Nada diferencia la escena cotidiana en las calles.

Al entrar en la pequeña pieza no vio rastros de él. Sintió desconsuelo. Quizás esto es un sueño. Unas manos taparon sus ojos, la respiración caliente en la nuca susurro un instante de grata satisfacción. Algo duro oprimía su culo y no era precisamente la hebilla de la correa. Lentamente sus ojos visualizaron la luz y aquellas manos que cegaron se desplazaron hacia su cuello, siguieron bajando hacia su pecho, continuaron por el ombligo y terminaron en sus genitales.

Te amo Marcelo...

Y yo a ti... Omar.

sábado, 27 de junio de 2009

Dilemas.


Aun el te estaba caliente, tibio para ser precisos. Dio un largo trago a mirando hacia una pequeña ventana de su cocina. La gente caminaba rápido, de seguro se dirigen hacia sus trabajos. Más te.

Se pació un momento por su departamento, se sobo el estomago, bostezó y volvió a su cama a dormir.

Cerca del medio día se despertó y abrió las cortinas. El sol entro a raudales por una ventanilla aun más pequeña que la anterior. La primavera estaba aguantando los días y las horas para evolucionar en su tan ansiado verano. Agosto ya es cosa del pasado, incluso extraña el molesto ruido de los gatos en el techo, sin embargo aun queda un poco mas de la odiosa estación de las flores germinantes. Se saco el calzoncillo del culo y piensa en la razón del aumento de los suicidios en esta etapa del año. Desecha la idea de seguir escatimando en ello. La sombra del suicidio a desaparecido (por el momento). Algunos días siente un pequeño chispazo, una terrible alucinación asalta sus ojos, un somero vistazo de la horrible careta que se nos oculta en el sermón dominguero. Aquella realidad que tan solo es un guarismo en las encuestas y que no representa la cantidad de dilemas individuales. Las matemáticas son perfectas y a la vez frías e inexpugnables... ¡Hoy no! ¡No siente ganas de recriminarse errores o descalificarse por lo estúpido que es!

Se rasca un testículo; camina directo al refrigerador. Saca dos huevos y jamón.

sábado, 13 de junio de 2009

Lo que dura un cigarro!!!!

Las faltas ortográficas son las mismas que se encuentran en mi cuaderno. Mi intención es la de mostrar lo que realmente escribí en el transcurso de inhalación de mi cigarro...

Adormilando mis neuronas en alcohol,
despertandolas con un cafe cargado sin azucar.
Haciendo del karma mi propio darma.
Aplicando la inteligencia en un caldo de caveza y
de la tontera una sopa de letras.
Desayunando la cena,
y para el almuerzo lechugas con queso.
De la locura a la completa locuasidad y
de la demagogia una constante.
De lo estetico una falta de criterio
y del buen gusto un peo en la calle.
Una resaca dominguera en el calor que fermenta la fria cerveza...
Ya voy en el filtro... se me acabaron las ideas.